Los proyectos sociales como pilar de la salud

Durante el siglo XX, la definición de salud era basada en el modelo médico y se reducía a la ausencia de enfermedad. El cuerpo era concebido como una máquina que debía repararse o arreglarse cuando se “dañara”. Con el pasar de los años este concepto se quedó corto, ya que solo contemplaba una de las muchas esferas que componen al hombre. Para 1984, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambió este concepto y definió a la salud como: “el grado en que un individuo o un grupo sea capaz de conseguir sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades, también de adaptarse al medio ambiente. De esta manera, la salud pasa a ser considerada un recurso para la vida cotidiana, no es en sí mismo objetivo de la vida sino la salud se considera un concepto positivo, que acentúa los recursos sociales y personales, así como las capacidades físicas” (E. Gómez Mengelberg, 2009).

Este cambio de concepción permitió una evolución desde lo estrictamente biológico hasta lo psicosocial, implementando nuevas medidas e indicadores de salud, dando paso a términos como bienestar y satisfacción. A partir de este punto, el hombre empezó a ser considerado como un ser integral, que consta de diferentes sistemas: social, personal y físico, los cuales, a su vez, deben conservar un equilibrio que permita su existencia completa y satisfactoria. Nuevamente en 1986 la OMS fortifica a la salud, clasificándola como un derecho fundamental, e iniciando la implementación de algunos prerrequisitos para la preservación de esta, en los que toman protagonismo conceptos como la paz, los recursos económicos y alimenticios, la vivienda, el ecosistema estable, así como el uso sostenible de recursos.

Gracias a este estatus brindado por la OMS al concepto de salud que se retomó en algunos países como Colombia, Constitucionalizaron este derecho. Esta regulación crea un vínculo con el derecho a la vida, sin embargo, un concepto que se ha incorporado y ha cobrado fuerza es el relacionado con la calidad de vida, considerado como pilar fundamental en la creación de estrategias que el gobierno nacional y local deberían liderar para generar impacto en la implementación de programas en el marco de la salud pública.

En ese sentido, la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el autocuidado y el mejoramiento de los estilos de vida son la base conceptual para el desarrollo de acciones que posibiliten procesos de sensibilización y concientización por parte de las instituciones de salud y organizaciones que apoyan procesos y proyectos sociales interesados en el tema del bienestar.   

Desde esta concepción, se contempla al hombre, no como ser individual, sino como parte de distintas comunidades que deben trabajar por mejorar sus estilos de vida. En ese orden de ideas, todo programa que se lidere en el ámbito público o privado deben concebirse desde un enfoque particular, considerando la importancia de los factores inherentes a cada persona y las actividades que pueden llegar a cambiar la salud mental, física y emocional de estas. Posterior a esto se deben evaluar las condiciones socioeconómicas, en los que la persona se desarrolla, como su empleo y las posibilidades de educación a las que puedan acceder.  Esta contemplación es pertinente ya que estos son determinantes, para hablar de salud. Según la OMS “Las condiciones sociales en las que vive la gente influyen poderosamente en sus posibilidades de estar sano. De hecho, factores como la pobreza, la exclusión social y la discriminación, la vivienda deficiente, las condiciones insalubres de la primera infancia y la baja condición profesional son importantes determinantes de la mayoría de las enfermedades, las muertes y las desigualdades en materia de salud entre y dentro de los países”. (Whitehead & Whitehead, 2006)

De igual manera, al reconocer la importancia de las características del medio donde el hombre se desarrolla, se inicia un camino hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas y así garantizar la salud integral de estas. Dentro de las múltiples estrategias que se han pensado y liderado, se resaltan los programas de promoción de la salud, de la prevención de la enfermedad y de la generación de proyectos sociales que buscan el bienestar de las comunidades, especialmente las más vulnerables. Los primeros, tienen como propósito proporcionar los medios necesarios para mejorar la salud y ejercer un mayor control sobre la misma, estos, no son un compromiso solo del sector sanitario, requiere del compromiso comunitario y la colaboración de agentes externos. Por otro lado, la prevención de la enfermedad tiene como propósito la disminución de la aparición de la enfermedad, mitigar los factores de riesgo, detener su avance y atenuar sus consecuencias (Ottawa, 1986).

Como complemento a estos primeros programas en salud, están la generación de los proyectos sociales. Para Juan Carlos Osorio (2001) un proyecto social es “un conjunto de propuestas y de soluciones a situaciones que existen en la realidad sociocultural. A través de estos es posible hacer operativos los planes y programas, permitiendo pasar de los deseos a las realidades. Está constituido por un conjunto de actividades que se realizan de manera coordinada para lograr metas en un tiempo determinado. Considerados también como el medio a través del cual una unidad administrativa es capaz de materializar algún aspecto específico del programa o solucionar una problemática en una comunidad”. Problemáticas que inciden y disminuyen la salud de los individuos. Durante años la salud ha encontrado en los proyectos sociales un coadyuvante para contribuir a los procesos educativos, mejoramiento de condiciones de vida e incluso como motor para la ampliación de los campos laborales y el mejoramiento de los proyectos de vida.

En el 2015, como un llamado universal para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz, los miembros del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estas 17 propuestas son la base de muchos de los proyectos sociales ejecutados en el momento. Su propuesta ha sido diseñada para traer al mundo varios “ceros” que cambien la vida, lo que incluye pobreza cero, hambre cero, SIDA cero y discriminación cero contra las mujeres y niñas. Esta iniciativa para el mejoramiento de la población requiere la participación de todos, teniendo en cuenta la ambición de sus objetivos.  Se necesita la creatividad, el conocimiento, la tecnología y los recursos financieros de toda la sociedad para conseguir los ODS en cada contexto (PNUD, 2012).

En este marco de ideas, es inminente que los gobiernos nacional y local, así como las organizaciones privadas y entidades sin ánimo de lucro interesadas en los temas de salud sigan trabajando en proyectos sociales de forma rigurosa y creativa para concientizar a la población sobre su participación en el cambio de rutinas para el logro del bienestar colectivo e individual. Sin lugar a dudas, el desarrollo de las estrategias en salud debe estar enfocado para atender las necesidades individuales y después las colectivas. El llamado es a que estas organizaciones sigan trabajando con compromiso y conocimientos de las necesidades individuales y colectivas de la población en la generación de nuevas ideas para que todos los individuos sean conscientes del autocuidado  para su propio bienestar, sin olvidar eso sí,  que el estado debe fortalecer sus sistemas para garantizar que toda la población  tenga acceso a la salud,  para que un futuro próximo, se pueda alcanzar el desarrollo humano sostenible  en la medida que se pueda garantizar la salud para todos.

María Fernanda Guerrero Gómez

María Fernanda Guerrero Gómez

Bacteriología y Laboratorio Clínico - UDES

Universidad de Santander UDES

E.Gómez Mengelberg. (2009). Un recorrido histórico del concepto de salud y calidad de vida a través de los documentos de la OMS. TOG (A Coruña) Num 1, 6(9), 1–10. http://www.revistatog.com/num9/pdfs/original2.pdf 2. Ottawa, C. de. (1986). Carta de Ottawa para la promoción de la salud. Carta de Ottawa Para La Promoción de La Salud, 5. http://www.fmed.uba.ar/depto/toxico1/carta.pdf 3. PNUD. (2012). Objetivos de Desarrollo Sostenible | PNUD. https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html 4. Whitehead, M., & Whitehead, M. (2006). European strategies for tackling social inequities in health: Levelling up Part 2 (W. H. Organization (ed.); Levelling, Issue 3). World Health Organization. https://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0018/103824/E89384.pdf?ua=%22%221 5. R. Macías Reyes. (2012). Diseño, evaluación y sistematización de proyectos de transformación sociocultural comunitaria. Publicación cooperada entre CEDUT- Las Tunas y CEdEG-Granma, CUBA. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6720174

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