Estrategias de comunicación en proyectos de infraestructura

En el desarrollo de proyectos de infraestructura, uno de los factores determinantes para su éxito radica en la planificación y ejecución de una estrategia de comunicación efectiva. La correcta gestión de la información y la interacción entre los diferentes actores involucrados no solo optimiza los procesos, sino que también garantiza la transparencia y minimiza los riesgos. Por ello, resulta fundamental comprender por qué se necesita una estrategia de comunicación robusta y bien estructurada en este tipo de proyectos.

En los grandes proyectos de construcción de infraestructuras o de energía, surgen muchas inquietudes, expectativas, pero también desinformación, en especial con la comunidad donde se va a realizar dicho proyecto. En ese sentido, las estrategias de comunicación se convierten en una herramienta fundamental para construir puentes con información sólida y permanente feedback entre la comunidad y el proyecto. Estas estrategias se consolidan cuando todas las partes participan y se sienten tenidas en cuenta.  

Una estrategia de comunicación, según Klaus Merten, experto en comunicaciones, es la planificación robusta de un plan de decisiones para alcanzar de forma óptima un objetivo, cuya ejecución está inmunizada contra las perturbaciones. Es así como, el primer paso en este proceso es planificar todas las acciones que respondan a las preguntas: qué se desea comunicar, a quién se le dará la información y cuál es el objetivo según el público objetivo. Todos los pasos se registran en un cronograma con metas y objetivos alcanzables, según los intereses de las comunidades beneficiadas porque siempre hay dinámicas frecuentes que necesitan revisión continua, por lo tanto, es recomendable que cada seis meses, se realice una retroalimentación que permita hacer ajustes o cambios en caso de requerirlos.

«En el ámbito social, nunca hay una ‘última palabra”, ya que las experiencias y las interacciones humanas son siempre cambiantes, dinámicas y en constante construcción. Esta realidad se refleja especialmente en las comunidades, donde las formas de comunicación no solo transmiten información, sino que también construyen significados, refuerzan identidades y generan vínculos. Las experiencias comunicativas desde lo comunitario son fundamentales, ya que permiten el intercambio de ideas, la resolución de conflictos y la creación de un espacio de pertenencia que, lejos de ser estático, se redefine continuamente a través de la participación y el diálogo.

La premisa anterior,  establece el concepto de que en lo social no hay conclusiones definitivas, sino un proceso continuo de intercambio y construcción, especialmente en el contexto de las comunidades.

Desde la experiencia de trabajar con comunidades, en especial, las ubicadas en zonas rurales o de difícil acceso por su ubicación geográfica o escases de vías,  la riqueza de la creatividad para crear diferentes canales de comunicación es única. 

Una comunicación asertiva es clave para lograr el éxito en cualquier proyecto. El punto de partida debe ser siempre escuchar a todas las personas involucradas, especialmente a las comunidades locales. Cuando los miembros de una comunidad sienten que forman parte del proceso, su disposición y colaboración suelen ser mucho mayores.

A menudo, los técnicos que llegan desde la ciudad, con la expectativa de contar con recursos como internet o facilidades que les ayuden a desarrollar su trabajo, se encuentran con una realidad diferente, especialmente en las zonas rurales. Sin embargo, esta diferencia también representa una oportunidad para explorar y emplear recursos locales que faciliten la comunicación.

Por ejemplo, en estas áreas se utilizan medios como el perifoneo, los anuncios en emisoras comunitarias, los mensajes de texto, las conversaciones en los días de mercado, las reuniones en centros comunitarios y el uso de altavoces. Estos métodos tradicionales son puentes valiosos para conectar a los equipos de trabajo con la comunidad y asegurar que la información fluya de manera efectiva.

La esencia del técnico que llega a la zona y en especial del comunicador está en lograr establecer ese vínculo o lazo de cercanía con las comunidades, cada región es muy diferente, de ahí la importancia de trabajar en equipo y de forma colaborativa. Si bien es cierto, es casi imposible que todos los integrantes y beneficiarios del proyecto estén de acuerdo, si es posible, generar los canales de comunicación con los medios que más se identifiquen en la comunidad. 

Otro factor importante a considerar es la dimensión generacional. En la actualidad, los nacidos después de 2010 tienen una forma de comunicarse distinta. Aunque pueden ser más introspectivos, son expertos en el uso de las redes sociales. Esto contrasta con las generaciones anteriores, que aún prefieren interactuar en persona con mayor frecuencia. Esta diferencia generacional representa un desafío para los comunicadores, ya que se enfrentan a un público cada vez más segmentado.

Por lo tanto, las estrategias de comunicación deben adaptarse para conectar de manera efectiva con cada grupo. Existen diversas formas y enfoques para abordar a las comunidades, ya que no se puede llegar a todas las comunidades de la misma manera, dado que sus formas de comunicación varían. Esta realidad es fundamental para desarrollar enfoques más efectivos y adecuados en la transmisión de mensajes.

En la era digital, las redes sociales se han convertido en plataformas clave para la circulación de información, y en este nuevo escenario, la figura de los influencers juega un papel cada vez más relevante. Sin embargo, el poder de estas plataformas y de quienes las protagonizan conlleva una gran responsabilidad ética. La capacidad de llegar a audiencias masivas implica, no solo un impacto significativo sobre las opiniones y decisiones de las personas, sino también un riesgo de desinformación que puede tener consecuencias sociales, políticas y culturales profundas.

La veracidad de la información se ha visto puesta a prueba en un contexto en el que la inmediatez y la viralización prevalecen sobre la reflexión y el análisis. En este sentido, la responsabilidad ética de quienes generan contenido —tanto los influencers como los usuarios comunes— es crucial para garantizar una comunicación honesta, transparente y basada en hechos.

Hoy en día, la libertad de expresión está siendo puesta a prueba debido a la creciente polarización generada por los debates en plataformas como X (anteriormente Twitter), Facebook, Instagram o TikTok. Los temas políticos y religiosos, en particular, siguen siendo los más sensibles, desatando una amplia gama de reacciones. En este contexto, Colombia no es ajena a este fenómeno, donde las demandas por injuria y calumnia, especialmente en los ámbitos político y económico, alimentan aún más la polarización social.

En cuanto a las estrategias de comunicación en proyectos, es crucial contar con redes y espacios en el que el público objetivo pueda acceder a información precisa y veraz. Sin embargo, los comunicadores se enfrentan cada vez más a redes de desinformación, que en muchos casos generan caos social y distorsionan el mensaje. En este panorama, la responsabilidad de quienes gestionan las plataformas y producen contenido es fundamental para contrarrestar la manipulación de la información y garantizar una comunicación efectiva y confiable.

Hoy en día, la sociedad vive inmersa en una era digital muy diferente a la del siglo XX, caracterizada por una saturación constante de información a través de las redes sociales y la influencia de los llamados «influencers», quienes tienen un gran poder sobre las decisiones de sus seguidores. Este fenómeno ha generado un creciente cuestionamiento sobre su papel en la formación de opiniones. Sin embargo, la gran desventaja de este exceso de información es que se vuelve cada vez más difícil discernir su veracidad.

Muchos usuarios, motivados por el deseo de atraer seguidores, publican en sus redes una gran cantidad de noticias, muchas de las cuales resultan ser falsas. En este contexto, surgen preguntas para la reflexiónl: ¿Dónde queda la responsabilidad ética en la difusión de la información? ¿Quién se encarga de controlar y verificar la veracidad de lo que circula en línea? Lamentablemente, tanto a nivel global como en Colombia, las legislaciones aún son insuficientes para abordar este desafío de manera efectiva.

Por ello, como consumidores de información, es esencial que seamos más críticos y rigurosos, revisando cuidadosamente las fuentes y, sobre todo, acudiendo a medios de comunicación confiables o a las páginas web oficiales de instituciones reconocidas.

Mallerly Ulloque

Mallerly Ulloque

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